Otro aspecto esencial en México es el influjo en la credibilidad pública hacia las dependencias encargadas de la aplicación de la regulación, como la Secretaría de Seguridad Ciudadana o la Policía Federal de Caminos. Programas como el alcoholímetro en zonas de inspección obligatorios basan de instrumentos verificados para su efectividad, y cualquier irregularidad podría debilitar la credibilidad de estas acciones, que han probado mitigar hasta un 30% los siniestros viales en zonas urbanas, según análisis de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Por ello, la recalibración no es solo un procedimiento técnico, sino una obligación profesional y normativa que certifica la equidad en la imposición de multas, protegiendo tanto a los automovilistas sobrios como a la comunidad en general de los peligros del consumo excesivo al volante.
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